martes, junio 10, 2008

Cambiamos de casa

Despues de casi dos años con Blogger, y tras la recomendación de varios amigos que saben de esto más que yo, este blog pasa a Wordpress. Nueva casa y nuevo diseño, pero la misma buena intención y deseos de que participeis.
Os espero a todos en http://www.juansobejano.com/

viernes, junio 06, 2008

Prácticas deshonestas de posicionamiento.

Por su interés reproduzco un artículo de Nando Llorella referente a un spam recibido en su blog y del que este blog también fue objeto.

Uno de los problemas más importantes que sufre un blog, es el constante envío de comentarios “falsos” que tan sólo intentan incluir enlaces y referencias a otras páginas web, sin tener ninguna relación con el contenido del blog.
Este tipo de spam en blogs (spam + blogs) se ha acabado denominando splog (para que luego digan que no nos gusta inventar palabras).
Si los últimos días habéis visitado
megustaelturismo.es, habréis podido ver que los últimos comentarios no son siempre buenos, ya que estamos sufriendo el acoso de alguien que está intentando publicar comentarios con largas listas de enlaces (en inglés) relacionados con todo tipo de temas (sexo, juegos, porno, farmacia, …), aunque estas páginas web suelen ser personales o no están ligadas a una empresa, sino que tan sólo intentan conseguir tráfico y relevancia para poder generar ingresos a través de la publicidad.
Tras varios años en esto de la blogosfera, he llegado a un punto en el que estos comentarios han dejado de preocuparme en exceso, y me limito a moderar los comentarios un par de veces al día, para así dejar la lista limpia, y con la consecuente perdida de tiempo; pero esto es lo que tienen los blogs y utilizar plataformas tan conocidas como
WordPress.
Ayer por la noche, mientras limpiaba la lista de comentarios, me encontré con dos nuevos comentarios en los artículos, que tras revisarlos, me dí cuenta que estaban escritos por la misma persona, con el mismo contenido, pero en artículos que no tenían relación entre sí. De entrada quise borrarlos sin más, pero dado que la página que se está intentando promocionar es una cadena hotelera de Barcelona, he sentido curiosidad, y he querido compartirlo con vosotros (de momento me guardo el nombre de la cadena aunque los más avispados veréis en seguida de quien se trata) para ver si alguien más ha recibido o ha visto comentarios similares a este.











Últimamente he estado en varias conferencias y cursos, y una de las preguntas más habituales ha sido la de preguntar nombres de empresas y estrategias de “black hat seo”, creo que la próxima vez que alguien me pregunte, probablemente aproveche para utilizar este ejemplo, ya que una cadena hotelera que parece que no está apostando por Internet (sólo hay que ver su página web) pero que, sin embargo realiza acciones de este tipo, no deja de merecer el premio que tanto busca, que hablemos de ella.

Es interesante leer las respuestas al artículo, sobre todo la correspondiente a la cadena aludida, que si duda ha actuado con rapidez, lo que refleja, como bien dice Albert Barra, una buena predisposición a gestionar la reputación online.
Un cero al SEO y un notable alto a la cadena por su actitud.

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Encuesta sobre reputación online.

Siempre he defendido en este blog que, para el cliente, los sellos de calidad han dejado de tener mucho sentido y que está siendo sustituido, o lo ha sido ya, por el concepto de reputación online.
Siguiendo esta linea de argumentación mencioné el debate que se estaba desarrollando en Turismo 2.0 sobre el nuevo concepto de calidad como referente para el viajero.

Ahora la comunidad impulsa una encuesta, Encuesta sobre Opiniones de Clientes y Reputación Online, que pretende saber las opiniones de la industria sobre el tema.

Los resultados pueden ser interesante, por lo que os animo a que participéis.

miércoles, junio 04, 2008

Marca ciudad.

En la pasada feria Alicante Calidad, Doménec Biosca propuso en una conferencia, como receta para la crisis, la conversión de los municipios en marcas. Para Biosca hay dos tipos de industria, la vertical y la transversal, y entiende que mientras el primer modelo sufrirá fuertemente la recesión, el segundo es el futuro, apoyado por las nuevas plataformas de comunicación y la globalización. Según Doménec Biosca, la industria vertical es la formada por las grandes compañías, mientras que la transversal supone la vinculación de los productos al municipio donde se crean, que actúa como marca.
En realidad la idea no es nueva, es lo que están haciendo los destinos turísticos desde hace años. Destinos como Benidorm o Marbella son marcas en sí mismos. La agregación de sus servicios en un único producto supone uno de sus mayores activos y facilita el esfuerzo promocional. Pero éstos son ciudades monocultivo, centradas únicamente en el turismo. ¿Cabe la misma estrategia para ciudades con una diversidad mayor de fuentes de riqueza? ¿Qué estrategia han de seguir por ejemplo Barcelona o Madrid? Supongo que en estos casos será necesaria una doble estrategia en la que por un lado la ciudad sea considerada como una marca en su conjunto pero por otro cada uno de sus activos tenga la capacidad de promocionarse sin romper la imagen global.
Lo que sí debería ser tenido en cuenta por esas empresas verticales turísticas, y no siempre se hace, es la asimilación de las características propias del destino. La adaptación a la marca destino debería ser tan importante como la conservación de la propia marca empresarial.

Sobre estos temas se ha hablado en profundidad en el Citymarketing de Elche, donde hay estudios tan interesantes como el de Hermenegildo Seisdedos, profesor del IE y Director del “Foro de Gestión Urbana del Instituto de Empresa de Madrid”, La marca ciudad como antídoto para la bonsainización del city marketing

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lunes, junio 02, 2008

¿Necesitamos un sello de calidad?

Quien siga regularmente este blog sabrá que no suelo ser muy entusiasta de los sellos de calidad. Creo que son más un recurso de marketing que de verdadera gestión.
En la comunidad Turismo 2.0 se ha iniciado un nuevo debate gracias a Rafael Martínez y Andreu Roig, sobre la necesidad de crear un sello de calidad dentro del nuevo entorno turístico y del open business, Sello de Calidad turística basado en Open Business.

Creo que es un debate fundamental y del que pueden salir muchas y muy útiles conclusiones, sin embargo creo que necesita un debate previo, que de todos modos puede nacer de éste. Yo hubiera preguntado antes, ¿necesitamos un sello de calidad? Mi respuesta es que no.

Hay varias reflexiones que me hacen llegar a esta conclusión. Por un lado, como ya digo en el debate de Turismo 2.0, Todo sello de calidad supone, independientemente de quien lo conceda, una valoración estática. Esto ya le confiere un alto grado de injusticia y de inexactitud, pues obvia el elemento "tiempo", que es fundamental en el nuevo entorno. Un componente evolutivo parece necesario para conocer la calidad.

Además, conceder un sello supone definir la calidad, porque no se puede conceder un sello sobre lo que no se determina indubitablemente, puesto que necesita ser medido y parametrizado. Ahora bien, si aceptamos, como así debe ser, que la calidad la define el cliente y cada uno tiene un concepto distinto de calidad ¿qué elementos y características cogemos para definirla? ¿cuáles dejamos fuera? Esto de la definición y la concreción del concepto de calidad es para mi uno de los mayores errores de los sellos de calidad, porque limitan el concepto a lo que decide una comisión y obvian la diversidad en favor de la homogeneidad, cosa por otro lado necesaria como ya hemos dicho, si se pretende conceder un sello.

Edu también pone en duda la necesidad del sello y se posiciona muy acertadamente cuando pregunta, "¿tiene sentido en un modelo en red, dinámico y distribuido, optar nuevamente por soluciones cerradas y estandares, aún cambiando las fuentes? ¿y por soluciones stocks en vez de soluciones flujo?"

Más que certificados de calidad, y en esto estoy de acuerdo con Edu y con Julen, deberíamos hablar de reputación, y favorever la abundancia de respuestas de los clientes (inputs los llama Edu) otorgándoles las plataformas y herramientas necesarias para ello.

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viernes, mayo 30, 2008

La personalidad de la empresa.

Todos hemos tenido la sensación de estar en el mismo hotel aunque fuera distinto al último en el que estuvimos. Pasa sobre todo en hoteles de sol y playa. Uno entra por la puerta y recibe siempre el mismo trato, la misma calidad de servicio y la misma atención. Es como si entraras a dos McDonals con diferente decoración.
Estos hoteles no tienen personalidad.

La personalidad de una empresa es un marchamo propio a la hora de gestionar sus relaciones con los clientes, es un hacer único y diferente respecto a sus competidores. Debería ser un objetivo primordial para cualquier hotel.

Tiene mucho que ver con la rotación del personal. A mayor nivel de rotación menores posibilidades de tener una propia personalidad. Porque ésta nace del cúmulo de información que de manera informal se almacena en la organización: trabajadores, procesos, dirección... Si tenemos un alto nivel de rotación los nuevos trabajadores no pueden o no quieren asimilar la inteligencia colectiva acumulada, bien por falta de interés, bien por falta de tiempo y posibilidades.

Hay una frase que se suele utilizar y que en cierto modo define bastante esta personalidad: "siempre se ha hecho así". En un primer momento puede parecer un bloqueo de un proceso de mejora, y en ocasiones lo es, pero también puede ser la constatación de un proceso de actuación tradicionalmente aceptado, reconocido y valorado por los clientes. Deberíamos profundizar en el análisis del proceso o acción origen de esa frase para saber si es un simple bloqueo o fruto de la personalidad del hotel.

No soy muy partidario de la utilización de técnicas de benchmarking en los hoteles, porque mal aplicadas pueden llegar a un mero seguidismo de las actuaciones de los hoteles líderes en el sector. Cada hotel ha de ser capaz de encontrar su propia personalidad como organización, aportar un valor único al cliente, seguir estrategias de mejora que potencien la inteligencia colectiva y diseñar nuevas formas de gestión de sus relaciones con los clientes. Ser únicos.

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miércoles, mayo 28, 2008

¿Cuánto valgo?

En un hotel, en una empresa, en el mercado laboral yo no tengo el valor que tengo, sino el que me quieren dar. Es curioso observar cómo las empresas valoran a sus trabajadores (y aquí incluyo a los directivos) no por lo que valen de verdad, sino por lo que ellos creen que deben valer.
Es más, la única medida de valor que se ve ahora en el horizonte es el valor monetario. Tanto vales, tanto cobras.

Pero la cosa no debería funcionar así. Yo no valgo por lo que cobro ni por lo que tú quieras que valga, yo valgo por lo que aporto a la empresa, y aún más, por lo que puedo aportar a la empresa.

Pero parece que hay un cierto miedo de las organizaciones a reconocer el valor de sus trabajadores y, lo que es peor, a permitirles ejercerlo. Andrés Pérez Ortega lo dice muy bien cuando habla "sobre el temor de los responsables de personas ante la posibilidad de que los profesionales con talento de su empresa adquiriesen notoriedad", y añade, "parece que lo que les da miedo no es que muchos profesionales hagan mal su trabajo sino que los que lo hacen bien sean conocidos y reconocidos en el mercado y puedan largarse o pedir mejores condiciones".

Es la cantinela de siempre, "para qué me voy a gastar dinero en formar a mis trabajadores si luego puede venir otro y se los lleva". El trabajador como propiedad. El trabajador como instrumento.

Las organizaciones, y despersonalizo para no señalar con el dedo a los que considero culpables, concentran el valor de sus trabajadores en los directivos, y desechan el intenso valor que supone una plantilla formada y motivada.

Hay un parámetro que permitirá descubrir el valor que tiene un trabajador en una empresa, y que también recoge Andrés Pérez: la visibilidad, la posibilidad (que no la capacidad) de transmitir las propias ideas. Cuanto más valor tiene una persona en una organización más instrumentos y canales tiene para difundir sus pensamientos, que en demasiadas ocasiones se confunden con órdenes.

Me suena demasiado a jerarquía. Veo pirámides por todas partes. Desde luego si seguimos así el Open Business parece cada día más una utopía. Pero siempre podemos seguir siendo una organización de corto recorrido.

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lunes, mayo 26, 2008

¿Dónde me encuentro? ¿hacia dónde voy?

Ya dije en tres artículos anteriores que trataban sobre la conversación, la comercialización y la gestión en destino, que esto del turismo 2.0 no es tan sencillo como algunos piensan. No se trata sólo de comprar una serie de programas, crear cuatro páginas web y contratar un par de SEOs para que nos hagan el trabajo mientras nosotros seguimos con nuestra rutina diaria. Para hacer eso mejor que se guarden el dinero y compren un nuevo juego de sábanas para las habitaciones. El cliente se lo agradecerá más.

Para quedarnos en la superficie no necesitamos clases de espeleología. Y no son pocos los que dirigen sus hoteles a golpe de talonario y de informes del consultor de turno. "Lo último es la web 2.0", "nada mejor que una web que permita al cliente reservar directamente para notar el cambio 2.0" "tiene usted que conversar con el cliente, cree un blog". Vale, de acuerdo, todo eso está muy bien, ¿y luego? ¿está el susodicho preparado para ese cambio? ¿está la empresa preparada para ese cambio?

Julen lo ha explicado muy bien (y mucho mejor que yo). "Las empresas quieren asomarse a la web 2.0. No vaya a ser que haya negocio que nos estemos perdiendo. Business is business, my friend. Puede ser una alternativa. Toqueteo un poco aquí y allí y a ver si vendemos algo más, ahora que todos esos jodidos nativos digitales andan calentones. Es una alternativa, insisto. Que nadie se rasgue las vestiduras, que las empresas viven de ganar dinero."

Si seguimos teniendo como único objetivo ganar dinero, apaga y vámonos. No sirve para nada meterse en todo este jaleo de 2.0, 3.0 o 2.3/4. Porque al final el cliente va a notar que le están tomando el pelo. Como dice de nuevo Julen: "hay otra opción que es para mí mucho más digna: decir que no".

Si su empresa, si su mentalidad, si su forma tradicional de hacer las cosas pesa tanto que ve el cambio como un mundo, un continuo acompañar a Sísifo cuesta arriba en su colina, déjelo, busque otras formas. Al fin y al cabo usted ha tenido éxito hasta ahora, ¿por qué va a dejar de tenerlo de la noche a la mañana?

Como dice Enrique Dans, en el fondo los que estamos metidos en todo esto del 2.0 somos un poco frikis. Quedan muchos conservadores y rezagados que son todavía un buen mercado sobre el que trabajar.

Pero si estás dispuesto a dar el paso empieza a darlo tú antes que tu empresa. No se trata de un cambio tecnológico, ni siquiera es un cambio generacional, es un cambio de mentalidad, y eso todos lo podemos hacer. Si no, pues sigue como hasta ahora tratando de maximizar beneficios temporada tras temporada .

Pero luego no vengas quejándote.

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